
Segmento mixto, de bajos recursos económicos, que vive resignado a su suerte. Hay muchas personas mayores que prefieren la vida simple, sin complicaciones y, si fuese posible, vivirían en el campo. Son reacios a los cambios, no les gusta tomar riesgos y no les agrada probar nuevas cosas. Muchos son inmigrantes y tienen el porcentaje más alto de personas de origen indígena.
Sobrevivientes del día a día:
• Su principal preocupación es conseguir dinero para subsistir y mantener a sus familias.
Modestos:
• No les gusta plantearse objetivos difíciles de cumplir o salir de sus hábitos.
• Reniegan de su suerte y se reasignan a ella.
Fatalistas:
• Temen enfrentarse al cambio y asumen pocos riesgos.
• Llevan una vida de sacrificio.
• Se sienten excluidos.
Temerosos del futuro:
• No tienen muchas esperanzas de prontas mejoras.
• Evitan contactarse con gente diferente a ellos.
• Las figuras religiosas acompañan sus decisiones:
Creen en la combinación de suerte, esfuerzo y la voluntad de Dios para definir sus vidas.
La religión opera también como un mecanismo de lidiar con el dolor.
• La educación es una meta muy valorada, aunque a menudo no acceden a ella u optan por carreras cortas.
• Consideran que apoyar la educación de sus hijos será el «legado» más importante que pueden dejarles.
• Perciben «lo nuevo» como riesgoso.
• No discriminan fácilmente matices morales.
• La violencia es justificada cuando las cosas no se hacen «por las buenas».
• El dinero es escaso, por eso el precio tienen un rol determinante en sus decisiones de compra.
• Economizar es muy importante porque les permite «estirar el dinero» para llegar a completar la canasta básica y ahorrar.
• Tienen escasa predisposición a comprar productos por la marca.
• Las compras y posesiones personales tienen un sentido más pragmático que hedónico o sensorial.